En diciembre de 2009, Joaquín Oliete Artal, CEO de Activos Concursales S.L., decide que había llegado el momento de dotar al cerrado mundo de las subastas judiciales de una transparencia y publicidad mucho mayor. Para ello, crea una herramienta tecnológica que permite ofrecer la posibilidad de pujar desde casa, pero con la misma seguridad jurídica que ofrece un Juzgado Mercantil.